El famoso llamado “estrés” y el mal manejo que estamos dando a las situaciones desafiantes de la vida, se están convirtiendo en la epidemia de nuestro tiempo, la frase más común en nuestra actualidad podría ser: “tengo mucho estrés”.
Luego de la pandemia vivida en el 2020, los niveles de ansiedad y de depresión se aumentaron casi al doble, y las cifras siguen hoy en aumento. La pandemia nos confrontó con nuestros mayores miedos, pues se puso en juego nuestra supervivencia.
Hoy tenemos una vida que está acompañada de muchos estímulos desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, y muchas veces continúan en nuestra cabeza, mientras dormimos; lo interesante es que nuestro sistema nervioso sigue siendo el mismo en comparación de hace millones de años cuando éramos seres de la prehistoria, pero empezamos a evolucionar y la vida se nos empezó a complicar. La buena noticia es que estamos despertando, estamos volviendo a conectar con esos hábitos y rutinas que hacían incluso nuestros antepasados en la prehistoria, que ayudaban a que nuestro cuerpo se volviera a regular y pudiera recuperarse, regenerarse y continuar.