El problema es que creemos que la creatividad es el resultado de un chispazo divino y no lo vemos como un proceso con herramientas y habilidades asociadas que se deben aprender a usar.
Navegaremos el «flujo creativo» rompiendo el bloqueo creativo, promoviendo la exploración, desbloqueando la originalidad para llegar a la iluminación y encontrar soluciones. Con herramientas para cada momento en el proceso sacaremos el mejor provecho de la creatividad competitiva ante la mal llamada «crisis».